PARROQUIALES

EL NUEVO ROSTRO DE CRISTO EN PABLO - G

RETIRO DE CRECIMIENTO 9-10 DE OCTUBRE DE 2010





2. El nuevo rostro de Cristo en Pablo
P. José María Pichel – 9-10-10


El de Cristo es un rostro a contemplar. El rostro que vieron brillar los discípulos. El Hijo vuelto al Padre. La voz del Padre respondiendo a una actitud de Jesús: Jesús estaba orando.

El Rostro que nosotros queremos contemplar. Podemos ver el reflejo del rostro del Padre en el rostro de Jesús. Jesús dijo que el que lo ve, ve al Padre. El rostro filial de Jesús nos habla de la paternidad amorosa de Dios. Cuando contemplamos el rostro de Cristo, somos alcanzados por el poder de lo que contemplamos y se va produciendo una transformación. Nosotros queremos avanzar en nuestra transfiguración interior. Nos transforma en lo que contemplamos. Uno se va asimilando a lo que es el centro de nuestra vida. Contemplar el rostro de Cristo es un camino para lograr nuestra transformación.

2 Cor 3, 18 es una palabra clave que nos revela ese camino de transfiguración interior.
Todos nosotros que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformando en esa imagen cada vez más gloriosa.

Es la experiencia singular de Moisés, cuando bajaba del monte le brillaba el rostro. Nuestra experiencia es más profunda. Estamos en la Nueva Alianza. Es como un llamado: hay que entrar en este camino, que es ofrecido a todos.
Hay un camino progresivo. De gloria en gloria, a medida que intimamos con Jesús, el Señor.
Si miramos una foto de Carlos de Foucault, vemos que su rostro está iluminado, sus ojos parecen dos faroles. Carlos se pasaba muchas horas en soledad absoluta en el desierto, contemplando la Eucaristía.
A la gente que pasa mucho tiempo a los pies del Señor, se les nota la expresión en el rostro, en el tipo de mirada, la paz, la profundidad, la hondura. En la fe contempla el rostro de Cristo.

1 Cor 2, 16. Nosotros tenemos la mente de Cristo
¿Quién conoció la mente del Señor para instruirle? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.
La mentalidad, la manera de pensar. Es una configuración interior de Jesús. A medida que intimamos con el Señor, se van haciendo nuestros los sentimientos de Cristo. Tenemos que llegar a configurarnos con la manera de querer y de sentir de Jesús.

Pensar y sentir como Jesús es la meta de nuestra transformación interior
Flp 2, 5-6 Tengan entre ustedes los mismos sentimientos de Cristo Jesús.
Gal 2, 20 Ya no vive él, sino Cristo en él.
La meta de este proceso de transformación es una identificación completa con Cristo. En un punto de su crecimiento ese ego fue desplazado y allí está Cristo.
Esta meta última la logramos más allá de esta historia. ¿Qué pasará con nosotros cuando estemos en la gloria de Dios? Es nuestro último destino. Los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre.

1 Jn 3 Ahora somos hijos de Dios, pero lo que seremos después todavía no se ha manifestado. Cuando se manifieste seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es.
Es nuestra vocación inicial. Estamos hechos a su imagen y semejanza. Todavía no sabemos lo que es el verdadero hombre, sabemos lo que es la semilla del hombre. Lo vislumbramos en Jesús.

Tarea: Dios no nos glorifica sólo para estar felices, desea que la gloria que contemplamos en el rostro de Cristo se transforme en nuestra irradiación. No se pone la lámpara bajo del mueble sino arriba para que dé luz.

Ef 5,8 Vivir en la luz, en un tipo de conducta.
En otro tiempo eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de la luz.
Podemos tener la gracia y no hacerla conducta, manera santa de vivir.

Examinen qué le agrada al Señor para caminar en sus sendas. Lo que caracteriza a un hijo de la luz, es la nueva vida.
Disciernan
No participen más en las obras de las tinieblas. Antes bien, denúncienlas, proféticamente, contraponiendo una nueva y distinta manera de vivir que va a avergonzar a los que todavía viven mal.

Mt 5, 13-15 Los discípulos están llamados a impactar, irradiar, hacer algo en su entorno.
Advertencia: tenemos la tentación de esconder la luz en lugar de manifestarla. Cuidar que la riqueza de la nueva vida en lugar de manifestarla, la escondemos. Cuando uno disimula su condición cristiana en un ambiente hostil. El temor que nos retrae y nos hace ocultar nuestra verdadera condición.
Sal si pierde su sabor con qué se la volverá a salar. Si desvirtuamos la sal, perdemos lo característico y nos mimetizamos con el entorno.
Citas de salmos 34, 6 Los que miran al Señor quedarán radiantes; 67,2 Que haga brillar su rostro ante nosotros; 80, 4 Restáuranos, que brille tu rostro y nos salve

Resumiendo:
1. Contemplación del rostro de Cristo, intimidad.
2. Transformación de nuestra vida  semejanza cada vez más profunda con el Señor.
3. Discípulo transformado que está en condiciones de irradiar con sus actitudes, de manera que la luz del discípulo llegue a todos los hombres.

4. La Palabra tiene que llevarlos a la presencia y allí dejar que vaya transformando nuestra vida.

Preguntas p/ pastoreo:
1. ¿Qué pasa con nosotros cuando contemplamos el Rostro de Cristo?
Texto de referencia: 2 Corintios 3, 18
2. Como personas transformadas por la gracia, irradiamos algo de la presencia de Dios. ¿Te ha tocado ser luz en medio de las tinieblas?.
Textos de referencia: Efesios 5, 8-13 Filipenses 2, 14-16



No hay comentarios.:

Entrada destacada

CATEQUESIS BÁSICA DE ADULTOS E ITINERARIO CRISTIANO

Entradas populares