RETIRO DE
CRECIMIENTO del 22-06-2013
MARÍA
MADRE DE LA IGLESIA
PARROCO: LOSADA, ADOLFO LUCIANO
La identidad más profunda de nuestra parroquia es
EVANGELIZADORA.
Por eso, todo lo que hacemos: amar, hablar, pensar, vivir,
debe hacer que cuantos se nos acerquen se digan: “Esta persona tiene algo de Jesús”. Debemos llevarlos a un contacto
vivo con Jesús; y para eso, debemos llevar una vida distinta a la que llevan
los demás. Todos los cristianos deberían al menos producir otro cristiano. ¿Alguna vez en mi vida he acercado a
alguien a la fe?
Este retiro se va a desarrollar apoyándose en dos cartas de
Pablo: Romanos, 12 y Colosenses, 3, y en 3 grandes maestros de espiritualidad:
San Agustín; Santo Tomás de Aquino y San Francisco de Sales.
Dios, que podía hacer las cosas sin nosotros, ha decidido
hacerlas con nosotros. Esto implica un riesgo, porque nos deja libres. En la Biblia hay una palabra que expresa la
acción amorosa de Dios hacia nosotros: “Berit” que significa pacto, alianza.
Dios hace una alianza con nosotros que somos preciosos a sus
ojos. De nuestra parte tenemos que entregarle lo que somos, sin
menospreciarnos. Como somos frágiles, tenemos que entregarle al Señor nuestra
fragilidad. Somos algo precioso a los ojos del Señor. Algo que estaba perdido y
El vino a salvar, a encontrar. Dios se alegra de encontrarnos. Somos la gente
más valiosa de la Tierra. No
hay entre nosotros inútiles. En el Reino de Dios no hay inútiles, hay siervos.
Siervos de un Rey; somos príncipes. Dios ve una reina en cada mujer. Mi persona
es valiosa. Fui pagado a un alto precio: la sangre de Jesucristo. Cuando uno
encuentra una joya en el barro la recoge, la saca del barro. Estábamos en el
barro del mundo y Dios nos sacó del barro para después limpiarnos, a fin de que
transformemos nuestra vida. Dios quiere hacer de nosotros hombres y mujeres
nuevos.
Cuando el cristiano no transforma su vida humana sigue
siendo un odre viejo. El vino nuevo de la unción rompe el odre y la unción se
pierde. San Agustín dice: Aquel que te creó sin ti, no te salvará sin ti. El
Señor podría haber llevado sólo su Cruz, pero quiso compartir con nosotros ese
honor. Se produce una alianza: las cargas las lleva Jesús, pero yo colaboro con
mi pequeña parte, con mi vida. Asumo mi vida tal cual es.
Rom 12, 1-2 Por lo
tanto, hermanos, yo los exhorto por la misericordia de Dios a ofrecerse ustedes
mismos como una víctima viva, santa y agradable a Dios: éste es el culto
espiritual que deben ofrecer. No tomen como modelo a este mundo. Por el
contrario, transfórmense interiormente renovando su mentalidad, a fin de que
puedan discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que le
agrada, lo perfecto.
La moral cristiana es una moral de Alianza, de pacto. En las
alianzas lo importante son los contrayentes. Si hay problemas en mi comunidad,
no la abandono sino que permanezco y lucho. La fidelidad es importante: el que permanezca hasta el fin se salvará
San Pablo nos llama hermanos
y nos exhorta. Exhortar es motivar a
ordenar la vida, traer nuevamente al orden, y eso en la misericordia de Dios. Hay una relación entre mi desorden y la
misericordia de Dios. Él es quien obra en mí. Yo soy un aliado, un colaborador
de la obra que Él está haciendo en mí.
Pablo exhorta a: A ofrecerse ustedes mismos como una víctima
viva, santa y agradable a Dios.
Hostia significa víctima. Las víctimas del Antiguo Testamento eran animales sin
defecto que se mataban y eran consumidos por el fuego. Víctima es alguien que
participa de la muerte de Jesús y es consumido por el Espíritu. Es entregarme
de tal manera a la muerte de Cristo y al Espíritu Santo que me consuma y que no
quede nada de mí.
¿Quién está dispuesto
a dejarse consumir por el Señor, a ser vivificado por el Espíritu?
Víctima viva. Es alguien
vivificado por el Espíritu Santo. Hay personas que parecen muertas porque todo
en ellas es queja, protesta. Para revivir hay que moverse y vivir en la
presencia del Espíritu Santo, invocándolo con o sin ganas. Santo significa separado para Dios, distinto, que no toma como
modelo a este mundo, que quiere ser agradable
a Dios. Lo que le desagrada a Dios no es mi persona, sino cosas específicas
de mi vida.
Deberíamos preguntarnos ¿Esto le agrada a Dios? ¿Cuáles son las cosas concretas de mi vida
que le desagradan a Dios? ¿Le ofrezco lo que hago, mi vida, me ocupo de estar
vivo, en ser santo y agradable a Dios?
Nadie se “auto exhorta”.
Para ello necesito a los hermanos, a la comunidad, al discipulado. Día a día
los hermanos me ayudan en ese camino.
Transfórmense
interiormente renovando su mentalidad. La transformación comienza en el
pensamiento. ¿En que pienso todo el día? Tal vez en buena parte en cosas de la
Iglesia. Pero , ¿Pienso en El, y en lo que
significo para El? Debemos cambiar nuestra mente. ¿En qué piensa nuestra mente?
Lo que tenemos en el corazón es lo que nos sale fuera.
Hay que renovar la mente para discernir lo que le agrada. Trataré
de ofrecerle algo bueno, para agradar a mi Padre, no por mí; no para ser
perfecto, sino porque trato de ser perfecto por Él.
Pensemos en los impedimentos:
¿Qué es lo que me
impide ser una persona viva? (Buscar mi idea fija)
¿Qué es lo que me
mantiene no santo, en relación con el mundo; qué me quita vitalidad, me quita
la energía de vivir?
¿En qué no soy
agradable a Dios?
Con respecto al cambio hay que confiar en la obra de Dios en
nosotros por la fe, no en nuestras obras humanas. Si hay dificultad para
cambiar algo tengamos en cuenta que “un
sacrificio agradable es un corazón contrito y humillado”. Le entrego mi
impotencia en esa área y confío en su ayuda para ir transformándome. Confío en
su misericordia.
Las cosas buenas del mundo sí, las otras no. No me sirven
los apegos que me desordenan, porque no van con el concepto de víctima
agradable a Dios. El chusmerío es un modo de poder.
Ahora en positivo:
¿Qué cosas de la vida
espiritual me hacen bien? Son los reaseguros de vida, lo que me vitaliza,
lo que custodia mi vida.
¿Qué cosas me
protegen del mundo? El mundo nos quita la sensibilidad espiritual. Lo que
incorporamos de afuera para adentro se mete adentro. El mundo es lo que me saca
de Dios. Queremos darle a Jesús lo mejor. Porque Él me lo ha dado todo, yo
quiero darle todo. Debemos ir modificando de a poquito las cosas.
¿Qué es lo que le
agrada a Dios? Te ofrezco mi pecado y lo hermoso que hay en mi corazón.
Todo lo que le damos no se pierde. Todo lo que me has dado, todo te lo entrego
Señor.
Puedo agradar a Dios ofreciéndole pequeñas cosas que me
molestan, por ejemplo acomodar la cama ni bien me levanto: “estas cosas las
hago por vos Señor”. Pequeños (o grandes) aguantes de maltrato verbal, sin
reaccionar.
Rom 12,3-5 En virtud
de la gracia que me fue dada, le digo a cada uno de ustedes: no se estimen más
de lo que conviene; pero tengan por ustedes una estima razonable, según la medida
de la fe que Dios repartió a cada uno. Porque así como en un solo cuerpo
tenemos muchos miembros con diversas funciones, también todos nosotros formamos
un solo Cuerpo en Cristo, y en lo que respecta a cada uno, somos miembros los
unos de los otros.
Hay que estimar a los demás como más dignos, pero no hay que
menospreciarse: “tengan por ustedes una
estima razonable, según la medida de la fe que Dios repartió en cada uno.” Me
estimo con la razón. Si me estimo con el corazón, me voy a sobre estimar. Quien
no se valora comete un pecado grave contra Dios. No es aceptable que un
cristiano se maltrate a sí mismo.
¿En qué soy valioso
para Dios? ¿Qué cosa valiosa de Jesús o de María hay en mí? Buscar 3 cosas.
¿Qué
aptitudes/capacidades Dios ha puesto en mí? Si no conozco mis aptitudes,
voy a complicar la vida del cuerpo, mirando lo que tienen los demás.
¿Qué virtud, qué
carisma Dios ha puesto en mí? Con
respecto a los carismas, nadie puede ejercerlos a voluntad. Siempre son puestos
al servicio de la totalidad y son confirmados por la cabeza. Tiene que ser un llamado
y ser reconocido por la cabeza (obispo/párroco) y el cuerpo de la Iglesia.
Los enfermos y los ancianos se ubican entre los miembros más
sufridos del cuerpo del Señor. Son los más importantes porque están ubicados en
las llagas del Señor, de donde surgen las gracias.
Todos tenemos que estar ubicados en el corazón del Señor. No
hay que desmayar si nos topamos con impedimentos naturales. Sor Faustina era
melancólica. San Francisco de Sales era colérico.
Repitamos: Yo, por la
gracia soy único, irrepetible, creado por amor, con una identidad única que
sólo el Creador conoce y que ni siquiera yo puedo cambiar. Soy el que soy por
la gracia de Dios.
IDEAL PERSONAL DE SANTIDAD
Todos tenemos que brillar, cada uno con su luz y su propia
belleza, con su imagen y su propio color, como un píxel. Cuantos más píxeles,
más definida es la imagen de Jesús. El Cristo total: Cabeza y Cuerpo.
Buscar una imagen
bíblica que traduzca quien soy yo para Jesús = mi ideal personal de santidad.
La confirmación de Dios de lo que ya soy y que tengo que mejorar. Puede ser muy
difícil, pero si no se da importancia a esto, somos turistas religiosos. Ayudan
a encontrar el ideal de santidad imágenes simples: roca, casa, bosque. Para eso
debemos conocer la Palabra. Las
palabras se presentan a menudo espontáneamente al leer la Biblia
El ideal personal de santidad no viene de afuera. Es lo que
soy, el que soy por la Gracia
de Dios. Debemos pedirle al Espíritu Santo y a la Virgen que nos lo muestren.
¿Qué nos impide ver
nuestro ideal personal de santidad?: Nuestros
pecados capitales.
Nos armamos un ídolo de nosotros mismos. Estamos deformados
por el proceso educativo. El que podamos ver nuestro ideal personal de santidad
va de la mano con la sanación de nuestras heridas. Dios sabe quién somos.
Los pecados capitales son: la gula o concupiscencia del
paladar, la fornicación (lujuria), la avaricia o amor al dinero, la ira, la
tristeza, la acedia (aburrimiento de todo hasta de Dios, inapetencia o tedio
del corazón), la vanagloria, la envidia, la soberbia, la pereza.
Son pecados anti filiales, es decir contra el Padre. Me
tengo que cuidar a mí mismo. Idolatría de mí mismo.
Col 3, 2-3 Tengan el
pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra, porque
ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. Cristo
es todo y está en todos.
Gula: Dios no me cuida. Si no me proveo de alimento no me lo
va a dar nadie. /Avaricia: voy a acumular para estar resguardado/ Lujuria: me
voy a dar mis placeres / Pereza: si hago mucho esfuerzo me voy a morir. No voy
a gastar mi vida. Se cuida porque Dios no lo está cuidando ni proveyendo
cariño. /iracundo: es una persona que se siente abandonada, que tiene que
cuidarse a sí misma. /Triste: la vida me engañó. Dios conmigo se equivocó. Los
casos graves de tristeza derivan en depresión. /Vanagloria: se recomienda a sí
misma. Es auto-referencial. No estuvo la mirada de otros que lo hayan valorado.
/Soberbia, orgullo pecado satánico: no acepta sus límites, que es criatura, que
se puede equivocar; es lo contrario a la humildad. El rebelde se enoja, pero
utiliza la soberbia como modo.
Tengan el pensamiento
puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra.¿Cómo se curan los
pecados capitales? Dependiendo del Padre y de los hermanos. Tenemos que poner
los ojos en el Cielo, donde está nuestra verdadera identidad. Todos los males
vienen del vacío. El Espíritu Santo quiere penetrar nuestra mente y
plenificarnos, ungirnos. Vengo a llenar la esponja para después volcarla en la
vida. Nos pone en contacto con nuestra debilidad.
La verdadera identidad del cristiano está escondida en
Cristo. Para encontrarla los monjes trabajan en el conocimiento bíblico y en el propio
conocimiento. Frente a las tentaciones de los pecados capitales nos
decimos: ¿Por qué estoy sintiendo esto? ¿Cuál es el motivo por el cual estoy
enojado?
Si Dios me ama, si me valora, si me espera. ¿Por qué yo no?
Todos los males vienen de la falta de unción, cuando estamos
sin consuelo espiritual. Se trata de estar espiritualmente bien en todos lados.
Importa si no estamos bien en casa, porque no podemos estar permanentemente en la Iglesia. Debemos ir a casa
con esa unción que tomamos en la
Iglesia.
Col 3, 12 Como elegidos
de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión.
Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense
los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo
de queja contra otro.
Debemos transformar nuestra vida concreta de todos los días.
¿Cómo mantener encendida la llama del amor? Lo más propio del amor es la
constancia.
Cosas que nos ayudan a mantener nuestra lámpara encendida:
Mi horario espiritual.
Examinarme diariamente en mi relación con:
- Dios: cosas mínimas que la garantizan: lectura de la Palabra , rosario, meditación, misa
- mi persona: cuidado personal, orden, gimnasia...
- con los demás: mi familia, la comunidad.
- el trabajo: cumplimiento, responsabilidad.
- Actitud fundamental que quiero cambiar, que me proteja de
mi pecado capital dominante
- Pequeña oración o jaculatoria: Señor, dame la gracia de...
Chequearlo mensualmente con algún hermano.
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